La recapitulación es uno de los actos centrales del camino tolteca. No se trata de revivir el pasado ni de terapia: la recapitulación es ir a la caza de la propia energía dispersa en la maraña de los recuerdos.
Don Juan explicaba que el guerrero tolteca no vive para acumular experiencias, sino para liberar la energía atrapada en ellas:
“Los chamanes del México antiguo habían concebido la colección de sucesos memorables como una estratagema para remover reservas de energía que existen dentro del ser”.
Los antiguos videntes vieron que cada interacción deja filamentos energéticos tendidos entre los seres. Una palabra dicha con ira, un abrazo cargado de deseo, una discusión, una pérdida: todo queda inscrito en el cuerpo luminoso. Así, la vida cotidiana, más que vivida, se vuelve hipotecada: nuestra energía queda dispersa en los recuerdos. El tolteca aprende a ver que esos hilos no son metáforas, sino realidades energéticas. Al recapitular, los desata y los llama de regreso.
Don Juan lo decía sin rodeos:
“No es que estés aprendiendo chamanismo… lo que estás haciendo es aprender a ahorrar energía. Y esa energía ahorrada te dará la habilidad de manejar los campos de energía que por ahora te son inaccesibles”.
Los fundamentos de la recapitulación son claros en su práctica:
El inventario vital. El guerrero enumera rostros, lugares y momentos donde quedó atrapada su fuerza.
La respiración como puente. Inhalando, recoge su energía; exhalando, devuelve lo ajeno.
La atención sin juicio. No analiza ni justifica: Se trata de ver y desatar.
El silencio interno. En la quietud, los recuerdos dejan de ser historias y se vuelven energía disponible.
Don Juan resumía el corazón de la impecabilidad en relación con esta práctica:
“Lo que importa es que un guerrero sea impecable… lo importante para un guerrero es llegar a la totalidad de uno mismo”.
La recapitulación es el arte de morir a lo viejo sin tener que morir en el cuerpo.
Es un acto de impecabilidad, porque devuelve al guerrero lo único que posee: su energía.
El guerrero recapitula para morir ligero, sin deudas con su historia. Como enseñaban los antiguos, la recapitulación es ensayo y preparación para el salto final. El que recapitula muere vacío, pero pleno: sin cargas, listo para volar en el viento del Águila, por el Mar de la Consciencia.
Claudio.
Sirena, Nawal Kan Ben.
13 de Septiembre del 2025.
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