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Published octubre 3, 2024

Bardo: literalmente, “estado intermedio”.

Hay seis bardos.

El primero es el bardo del estado de vigilia ordinario (Tib.: skye gnas bardó), es la experiencia de la realidad despierta y consciente tal y como la conocemos.

El segundo bardo es el bardo del estado del sueño (Tib.: rmi lam bardó). Es la experiencia del tiempo soñado mientras se duerme.

El tercero, el bardo de meditación (Tib.: bsarn gtan bardo), inclu ye toda experiencia en meditación, desde la meditación del principiante hasta el logro espiritual total.

El cuarto, es el bardo del proceso de la muerte (Tib.: ‘chi kha’i bardo), es el proceso en el cual los cinco elementos que constituyen nuestro cuerpo (espacio, aire, agua, fuego y tierra) se disuelven el uno en el otro. Según el Libro Tibetano de los Muertos, primero el elemento tierra, que es de color amarillo se disuelve en el elemento agua. La persona que está muriendo tiene una visión amarilla y se siente débil e incapaz de ponerse en pie, como si todo a su alrededor se desmoronase. En segundo lugar el elemento agua se disuelve en el elemento fuego. Interiormente la persona que está muriendo tiene una visión blanca y exteriormente siente como si sus alrededores se inundaran de agua. En este momento la cara y el cuello se sienten secos y se tiene mucha sed. En tercer lugar, el elemento fuego se disuelve en el elemento aire. Interiormente la persona que está muriendo tiene una visión roja, mientras exteriormente sus alrededores arden de calor. La persona puede que sienta un ardor mientras el calor del cuerpo se disuelve. En cuarto lugar, el elemento aire se disuelve en el elemento espacio o éter. La persona que muere tiene interiormente una visión verde y exteriormente experimenta sus alrededores como si estuviesen siendo destruidos por un viento feroz y fuertes truenos. En el quinto estadio, el éter se disuelve en la consciencia, lo fenoménico se oscurece, y momentáneamente se pierde la consciencia, como si fuera un desmayo.

El quinto bardo, (Tib.: chos nyid bardo), el bardo de la realidad implica el surgimiento de apariciones parecidas a alucinaciones como consecuencia de las propensiones kármicas de uno. Usando la consciencia meditativa el individuo tiene la oportunidad de reconocer esas imágenes en su verdadera naturaleza ilusoria. Estas visiones alucinadas son similares en su naturaleza a las imágenes en los sueños. De aquí que la capacidad para el sueño lúcido pueda ser útil para entenderlas como una ilusión. Según el Libro Tibetano de los Muertos, la experiencia de la Iluminación es posible si se puede mantener la perspectiva de que las experiencias desagradables o amenazadoras no son más que manifestaciones de la misma mente.

El sexto bardo, (Tib.: sidpai bardo), es el bardo de la búsqueda para renacer en el samsara, que corresponde a la perspectiva del budismo de Tíbet de la reencarnación. El sidpai bardo definirá el proceso por el cual un individuo renacerá en uno de los seis reinos (el reino de los dioses, el reino de los semidioses, el reino de los humanos, el reino de los animales, el reino de los espíritus hambrientos, y el reino infernal), dependiendo del karma. En un paralelismo interesante con la teoría psicoanalítica, la tradición del budismo de Tíbet asegura que el individuo que esté todavía en un cuerpo mental, estará sexualmente atraído hacia el pariente del sexo opuesto, y tendrá aversión hacia el pariente del mismo sexo. De hecho, de acuerdo con la filosofía del budismo de Tíbet, todo lo que pueden ver los seres no encarnados son los órganos sexuales de los que van a ser sus parientes. Esto es quizá el fundamento básico de lo que llamamos el complejo de Edipo.

Sabiduría Tibetana.

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