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Published marzo 28, 2024

Cada día son más las hectáreas de árboles talados, de suelos contaminados y erosionados, tampoco para de aumentar las emisiones tóxicas de gases de efecto invernadero, ni dejan de aparecer ecosistemas fragmentados e incluso destruidos. Menos aún, dejan de aparecer cuerpos de agua enteros contaminados. En la actualidad, es imposible determinar cuántas especies de animales, plantas, hongos, etc. pasan a la extinción. Toda esta desgracia tiene un responsable único, el sistema productivo totalmente voraz, y desafortunadamente imperante. Dado lo anterior expuesto, no es una locura pensar que necesitamos un sistema de producción totalmente distinto, que repare y no degrade, que produzca sin consecuencia, que se sostenga en el tiempo, una agricultura permanente, la Permacultura

Mucho se habla de nuevos paradigmas de producción agrícola, todos siguiendo la premisa de la «onda verde«, es decir; uso de especies autóctonas, utilización de fertilizantes orgánicos, de control biológico de plagas y enfermedades, etc. Lamentablemente, muchos de estos «sistemas productivos ecológicos» han sido corrompidos por el modelo actual, distorsionando su filosofía de proteger al ambiente, para aprovecharse económicamente de eso. Entonces, lo que se supone que serán modelos sustentables, se convierten en modelos netamente comerciales. 

Pero no todo está perdido, estas distorsiones en las filosofías productivas de convergencia, tan solo nos dejan una enseñanza, el sistema de producción no es lo único que necesitamos transformar, sino todo el aparato social-económico-cultural. En la transformación social, es donde radica la esperanza para la tierra, la humanidad y todas las especies vivientes. Para lograr eso, debemos implementar modelos sustentables, que impulsen en total armonía, lo económico, lo social y lo ambiental. 

En este artículo, te hablaremos de la Permacultura, la «agricultura permanente» uno de los sistemas sociales de producción, que podría cambiar los rumbos actuales de la sociedad y el mundo en que vivimos. 

¿Qué es la Permacultura? ¿Agricultura permanente?

Permacultura

Si hablamos de modelos productivos sustentables, quizás la Permacultura se lleve el primer lugar. Y es que la base epistemológica de la palabra, parte de la premisa de una «cultura permanente«, y para que una cultura pueda mantenerse a través del tiempo, debe estar respaldada por una agricultura permanente. Para lograr ello, se deben conjugar algunos aspectos, muchas veces olvidados a la hora de diseñar un sistema productivo.

Si bien es cierto, cuando planificamos un sistema productivo sustentable, solemos considerar la sociedad que debe haber entre las plantas, los animales y el suelo. La Permacultura va más allá, e integra las infraestructuras, la energía, la sociedad y en si, el entorno global como un todo, y nunca de forma independiente.

La idea fundamental de este modelo, es desarrollar sistemas productivos que sean ecológicamente correctos y económicamente funcionales; es decir que sean sustentables a través del tiempo. Para lograr ello, se busca analizar en profundidad la cualidades fenológicas de las plantas y animales, y los aspectos físico-naturales del lugar, para así desarrollar asociaciones beneficiosas que se mantengan a lo largo del tiempo.

La Permacultura combina los conocimientos científicos de los sistemas naturales, las vivencias de campesinos, y técnicas ancestrales, con las tecnologías modernas, para diseñar sistemas productivos altamente eficientes, minimizando la utilización de espacios de tierra. La idea es emular el comportamiento de un ecosistema natural, para crear agroecosistemas que produzcan alimentos para animales y humanos, tal y como se producen de forma natural. 

Entonces, con la Permacultura se busca aprovechar cada uno de los recursos disponibles en el medio, desde el agua que trae la lluvia, la energía de los desperdicios en descomposición en forma de gases, hasta los nutrientes que aportan al suelo las hojas de los árboles al caer. Eso si, sin llegar al término de explotación. Con este modelo, se quiere aprovechar lo que la naturaleza por si sola nos brinda, y no «atacarla» con métodos exógenos para explotarla. 

¿Cuáles son los principios de la Permacultura?

La premisa fundamental de la Permacultura es diseñar sistemas que se adapten a cualquier espacio, sea cual sea sus características edafoclimáticas, social culturales y económicas, usando técnicas y herramientas adaptadas a las condiciones antes mencionadas. 

Para consolidar lo anterior, se han tomado en cuenta 8 principios fundamentales para la realización de los diseños de la agricultura permanente. A continuación, citaremos cada uno de ellos:

La ubicación relativa

ubicación relativa permacultura

Que todo trabaje de manera armónica, y que esté totalmente integrado, es la idea fundamental de la Permacultura. Es por ello, que al momento de establecer una casa, una piscina, o una carreta, es necesario que estén ubicadas de forma correcta en relación a otro. De esta manera, nos aseguraremos de que cumplan diversas funciones dentro de nuestro sistema productivo.

Antes de planificar un sistema de Permacultura, debemos tener completamente claro que no existen los «sistemas cerrados«, por ende, todo está conectado, no hay nada aislado. Así debemos de ver nuestro sistema productivo, por ello al construir una casa, necesitamos evaluar las relaciones directas e indirectas que tendrá esa estructura, y cómo podrán ayudar al agroecosistema.  

En la agricultura permanente cada elemento cumple muchas funciones

Siguiendo la idea anterior, todos los elementos deben ser ubicados de forma que puedan cumplir varias funciones adicionales a su finalidad inicial. De esta manera, aprovechar eficientemente todos los recursos que tenemos a nuestra disposición.

Los diseños de Permacultura buscan establecer agroecosistemas altamente eficientes. Es por ello que a la hora de elegir las plantas, los animales, y las estructuras, se tiene que analizar en detalle, todas las cualidades físico-biológicas que éstas disponen, para así poder establecer relaciones intraespecificas e interespecificas de beneficio común. 

Para ello, no sólo se debe tomar en cuenta lo que puede aportar al agroecosistema, sino también cómo se puede adaptar al medio, y a la comunidad biológica en general. Lo ideal es que se haga un estudio de formatolerancia y uso antes de elegir cualquier especie. Con el estudio de forma, podemos determinar las cualidades fenológicas de cada uno, desde sus hábitos reproductivos, hasta la fecha en que florece. Conociendo el nivel de tolerancia, se podrá detectar el nivel de adaptabilidad a las condiciones físico-naturales. Por último, con el estudio de uso, sabremos de qué manera se puede aprovechar, desde alimento para humanos, hasta abono y combustible para los hogares. 

Ejemplo de las múltiples funciones de un individuo dentro del agroecosistema: 

Árbol frutal

  • Frutos de consumo humano y animal
  • Abono orgánico por la descomposición de frutos y hojas
  • Barrera contra vientos
  • Ayuda a mantener una buena estructura del suelo con sus raíces
  • Protege la erosión hidria
  • Refugio para la fauna
  • Atrayente de insectos benéficos  

Cada función importante es soportada por muchos elementos

Si bien es cierto, cada elemento debe cumplir múltiples funciones dentro del agroecosistema, pero siempre debemos tener en cuenta su función principal, y esa función principal ha de estar respaldada siempre por otras alternativas. Es decir, si contamos con un sistema fotovoltaico en la vivienda para generar energía, debemos tener un respaldo eólico para los días de poco sol. 

La idea principal es que cada función se encuentre respaldada por alternativas, es la manera que tiene la permacultura de crear resiliencia dentro de los agroecosistemas, y así poder adaptarse a las perturbaciones. 

Planificación eficiente de la energía

energía eficiente permacultura

Disminuir la entropía de los sistemas productivos, es la clave fundamental para conseguir la sustentabilidad absoluta. Es por ello que debemos tomar en cuenta la posición y la zona donde se ubicaran las plantas, los animales y las estructuras. Si bien es cierto, en el primer principio de la agricultura permanente hablamos de la ubicación para el aprovechamiento de recursos, en este caso es para el uso eficiente de la energía. 

Para una planificación eficiente de la energía, debemos focalizar las ubicaciones de acuerdo a frecuencia de uso, y a la importancia de cada elemento. Eso sí, hay que tomar en cuenta que hay ciertos factores externos que desafortunadamente no podemos controlar, tales como ubicación de las vías de acceso público, los mercados, inconsistencias climáticas, etc. 

Lo que se busca es ubicar las zonas de acuerdo a la frecuencia y a la capacidad de uso, en función a un punto de partida, en este caso podría ser una casa, un asentamiento humano e incluso un pueblo entero. La idea es que en las zonas más cercanas se establezcan los elementos con más frecuencia de uso y utilidad tengan, mientras que en zonas que poco se frecuente, se establezcan más alejadas al punto de partida. 

A continuación describiremos las zonas usadas al momento de la planificación eficiente de la energía: 
  • Zona 0: es el punto de partida, es el centro de la actividad. Donde los habitantes satisfacen sus necesidades básicas. Puede ser desde una casa hasta un pueblo entero
  • Zona 1: es el área más cercana al punto de partida, allí se realizan las actividades más frecuentes del agroecosistema, como los huertos, invernaderos, gallineros, etc.
  • Zona 2: en esta zona también se realizan actividades de relativa frecuencia, con plantas arbustivas frutales, estanques de piscicultura, talleres, etc. 
  • Zona 3: aquí deberían establecerse cultivos que no necesiten tanta atención, que no requieran ser podados ni tampoco tengan tantas necesidades hídricas. Así como, el ganado vacuno, ovino y algunas aves. 
  • Zona 4: es una zona semienajenada, es decir que no requiera prácticamente atención. Pueden ser desde árboles maderables, a frutos que se cultiven una vez al año y con mucha resistencia. 
  • Zona 5: esta zona es completamente enajenada, es decir no requiere absoluta atención. Es el área del agroecosistema totalmente natural, que debemos considerar al momento del diseño, para adaptarnos a él y no perturbarlo. 

Énfasis en el uso de los recursos biológicos

En la Permacultura, se usan los recursos disponibles de animales y plantas para ahorrar energía, y para ser usados en otros labores inherentes al sistema de producción. La idea de esto, es disminuir a casi 0 el uso de energías fósiles, y de elementos exógenos en general. Con esto, nos aseguramos que el agroecosistema no necesite de insumos externos para poder «funcionar».

Para lograr eso se tiene que aprovechar todos los recursos que podemos encontrar en los elementos de nuestro agroecosistema, por ejemplo; de los desechos animales y vegetales, podemos fabricar abonos y fertilizantes orgánicos, para así no depender de los químicos. Para no usar maquinarias para desmalezar, se recomienda el uso de pastos cortos o guadañas. En el caso del control de plagas y enfermedades, se recomienda el uso de controladores biológicos.

Reciclaje de energía en el sitio 

Tal y como hemos comentado en los principios anteriores, la agricultura permanente requiere establecer agroecosistemas totalmente sustentables. Para ello se debe dejar de depender todos los recursos externos, que generalmente se usan en los modelos de producción actuales. 

Si bien es cierto, la energía como tal no se recicla, la materia si. Entonces, todos los residuos producidos en la cocina pueden ser  aprovechados como combustible mediante un biodigestor. De esa manera, crearemos un «ciclo de la energía» dentro del agroecosistema

Utilización y aceleración de la sucesión natural de las plantas

sucesión natural en la agricultura permanente

De manera natural, la mayoría de los ecosistemas pasan por una transformación, en la que varios aspectos físico-naturales se irán transformando conforme pase el tiempo. Este tipo de transformaciones se le conoce como sucesión natural. Esto ocurre generalmente en ecosistemas con baja resiliencia o que no han alcanzado el clímax, por lo que no logran adaptarse a las perturbaciones y cambian, por ejemplo; en ecosistemas mixtos, es decir, terrestres y acuáticos, que están generalmente tipificados por la presencia dominante de una especie. Al esta especie, perder la dominancia ecológica, el ecosistema pasará a sucesión. 

Al ocurrir la sucesión, muchos aspectos del ecosistema se irán transformando para crear las condiciones de vida óptimas para la próxima etapa.

En los diseños de Permacultura se intenta emular esta sucesión natural e incluso acelerarla, para conseguir establecer agroecosistemas clímax, por lo que serán altamente resilientes a las perturbaciones.

Policultura y diversidad de especies

Mientras más diverso sea nuestro agroecosistema, mayor oportunidad tendrá de adaptarse a las perturbaciones, mejor aprovechará los recursos hídricos, mejor se protegerá de ataques alóctono.  Y la diversidad, no solo debe venir dada de forma interespecífica, sino también intraespecífica, eso asegurará que haya suficiente diversidad genética en el sistema. 

En los sistemas convencionales, un ataque de plaga o enfermedades, es extremadamente mortal, ya no hay ni diversidad de especies ni diversidad genética, por lo que todo el sistema en general, se verá afectado de la misma manera, sin posibilidad de adaptarse. 

En la agricultura permanente se usa el efecto de borde y de los patrones naturales para mejorar la ventaja 

En ecología, un ecotono es la zona limítrofe entre un ecosistema a otro, en sí, la zona de transición entre ecosistemas. En los ecotonos, podemos hallar especies biológicas de los 2 ecosistemas, e incluso, se pueden encontrar ciertas especies particulares del ecotono. 

Generalmente los asentamientos humanos suelen ser construidos en ecotonos, debido a que son zonas de ventaja ecológica. Por ejemplo, se suelen construir al margen de un río, en la falda de una montaña, cerca del litoral, etc. Siempre y cuando, los recursos disponibles, sean usados de manera conscientes, estos podrán darle sustentabilidad al asentamiento humano.

Por otro lado, los bordes de los ecosistemas, podemos manipularlos para ser usados en función de nuestro beneficio. Por ejemplo, implementando barreras de plantas con utilidades diferentes, desde atrayentes de insectos benéficos, hasta repelentes de plagas. 

Como hemos visto, la agricultura permanente no es un sistema productivo enajenado al sistema social y económico, sino que forma parte de un todo. Y es así la única manera de alcanzar la sustentabilidad.  

Fuente:
Ahora es el momento para que sepas la verdad sobre la Permacultura

Agroecólogo de profesión, analista SEO por convicción, redactor por motivación y científico de corazón. Eterno estudiante de ciencias naturales, tecnologías, marketing 2.0 y economía.

«No busquemos el éxito, persigamos la excelencia y el éxito nos perseguirá a nosotros»

Autor: Kelvin Goyo



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